Son un conjunto de normas, recomendaciones y técnicas aplicables para la producción segura y sostenible. Basadas en los principios de inocuidad de alimentos, cuidado y manejo del ambiente, también la seguridad laboral de los agricultores.
- Preparación del terreno
- Siembra
- Métodos de riegos
- Manejo integrado de malezas.
- Manejo Integrado de Enfermedades y Plagas.
Preparación de suelo: Se requiere que se haya realizado la rotación de cultivos, es decir, no se debe haber sembrado maíz de ninguna variedad en el ciclo anterior.
Siembra: Se debe respetar la densidad de siembra recomendada para el cultivo, si es mecanizada se debe colocar 4 ó 5 semillas por metro lineal; si es manual, 1 semilla por punto, cada 20 cm aproximadamente, la distancia entre surco de 80 cm y máximo 1 metro. La profundidad para garantizar una germinación es de 2,5 cm.
Métodos de riegos: El campo debe tener adecuada pendiente y drenaje, de manera de evitar el aguachinamiento, y debe haber disponibilidad de agua, en cantidad suficiente y de buena calidad, que no sean aguas servidas o contaminadas.
En el caso de que la siembra se realice en el ciclo-norte verano, el riego se hace imperativo. Durante el ciclo de invierno se debe tener riego para suplir el déficit en momentos de ausencia de lluvias por más de 3 días.
Los principales métodos utilizados son:
Por aspersión: con este tipo de riego el agua llega a la siembra por medio de tuberías y unos dispositivos llamados aspersores que humedecen el terreno de forma similar a como lo haría la lluvia.
Mediante surcos: consiste en la distribución del agua a través de canales o surcos, que se colocan a lo largo del área sembrada.
Sistema de riego localizado (Goteo): se caracteriza por ser una fuente eficiente de ahorro de agua, el cual consiste en suministrar la cantidad necesaria para cada planta por medio de un sistema de válvulas, tuberías y mangueras con emisores.