Mejoras en los rendimientos: Se podrá incrementar de manera significativa la producción, representa más disponibilidad de producto con menores inversiones.
Ciclo de nutrientes y reducción de pérdidas: Se aprovecharán de manera eficiente los nutrientes, ya que estos podrán ser incorporados al sistema para su reutilización.
Conservación de hábitat y biodiversidad: Se podrá restituir el medio para que organismos y microorganismos, plantas y especies animales puedan vivir.
Infiltración y retención de agua: De acuerdo a la incorporación de material vegetal al suelo, y al mismo tiempo generando cobertura, esto incidirá directamente sobre la mejora en la porosidad del suelo y el mejor ingreso de agua en este.
Retención y secuestro de carbono: Por el aumento de las especies vegetales y por medio de la realización de la fotosíntesis de las plantas, se podrá retener grandes cantidades de carbono, que posteriormente serán secuestrados en el suelo al incorporarlo como materia vegetal, incrementando la presencia de materia orgánica.
Mitigación de las emisiones de CO2: Por la disminución en el laboreo y la diversidad de cultivos al simular la naturaleza, podemos disminuir las emisiones de CO2.
Renovación generacional de la producción: Al realizar las renovaciones de especies que se adapten según su biotipo a la zona en estudio, sin duda se tendrá beneficio por el incremento paulatino en producción.
Comunidades saludables: Tendrán menos problemas por contaminación, presencia de plagas, y tendrán mayor disponibilidad de alimentos, debido a las mejoras de las condiciones para la producción.
Resiliencia de los sistemas de producción: Con la agricultura regenerativa se podrán afrontar algunos de los riesgos que han afectado la producción, unos de estos es tener suelos más fértiles con disponibilidad de retención de agua, así como mayor diversidad de especies simbióticas actuando en él.