Responsable: Ing. Miguel Marín ANTECEDENTES Hablar de la historia del café en Venezuela es hablar del estado Miranda. Aunque las primeras plantas de cafeto en el país se sembraron en la cuenca del río Caroní cerca del año 1730, fue en el actual municipio Chacao donde se estableció la primera plantación a gran escala y con fines comerciales y la producción de café en Miranda data de 1784, en los cultivos de las haciendas Mohedano, Blandín y Sojo, en la hacienda La Floresta, propiedad de la familia Blandín, lugar donde hoy se asienta la urbanización del mismo nombre. Las primeras exportaciones de café salieron en 1796 cuando se enviaron 4.850 quintales. Para 1.872 existían en los Valles del Tuy 139 haciendas cafetaleras que producían 28.784 quintales al año. El estado Bolivariano de Miranda, tiene una larga y rica historia en la producción de café, con más de 240 años de tradición. Esta región, bañada por las aguas cálidas del Caribe y abrazada por montañas y ríos, ha sido testigo del desarrollo de esta importante actividad agrícola y económica, donde la caficultura ha sido parte fundamental de la identidad y el desarrollo de esta tierra, sosteniendo diversos pueblos a lo largo de los siglos XIX y XX, éste fue el inicio de una actividad que se extendió a varias regiones del país y que llegó a ser el motor principal de la economía venezolana. Este rescate de la memoria histórica, junto a programas de capacitación, fomento y apoyo a los productores que busca reposicionar a nuestro Estado. Considerando estos elementos el Gobierno Bolivariano de Miranda a través de la Corporación de Desarrollo Agrícola (CORDAMI) crea un programa dirigido para fomentar la recuperación de la tradición caficultora Mirandina, es así que se establece la tarea de refundar las superficies cultivadas distribuidas principalmente en los Municipios Guaicaipuro, El Hatillo, Baruta, Carrizal, Sucre, Los Salías, Plaza y Zamora. Las cuales reúnen las condiciones edafoclimáticas y sociales necesarias para desarrollar este cultivo, dicho programa se le denomina Miranda en la Ruta del Café a través del cual se unifica el esfuerzo público. VISIÓN Impulsar al estado Bolivariano de Miranda como uno de los principales productores del país, incentivando al sector cafetalero y fortaleciendo la capacidad institucional. MISION Fomentar la producción primaria del café, garantizando la aplicación de las buenas prácticas agrícolas y el adecuado manejo de la postcosecha como elementos necesarios para garantizar los estándares de calidad, en la refundación de la tradición caficultora del Estado Bolivariano de Miranda. OBJETIVO GENERAL Incrementar la producción de café, promoviendo la fundación y renovación de hectáreas productivas, además aportar a los productores asistencia formativa, técnica y unir esfuerzos con los productores para la adquisición de fertilizantes e insumos agrícolas. OBJETIVOS ESPECÍFICOS: Promover el desarrollo de la caficultura aplicando practicas agro culturales sustentables y respetuosas del medio ambiente. Desarrollar estrategias de formación y acompañamiento técnico integral sostenido para los productores incorporados al programa Miranda en la Ruta del Café. Establecer estrategias para facilitar la instalación de infraestructuras y equipos necesarios para desarrollar el adecuado beneficio y transformación del rubro café. Implementar medidas para incentivar la participación del sector privado en las acciones dirigidas para acompañar los procesos de refundación de la tradición caficultora del estado Bolivariano de Miranda. Generar condiciones para organizar a los productores primarios en miras de garantizar los mecanismos asociados a la aplicación de estrategias que garanticen el comercio justo del rubro. Incentivar estrategias integrales dirigidas a promover, proteger y promocionar en mercados nacionales e internacionales los diversos productos generados por la cadena de valor asociada al rubro café. En 2015 se referenciaban 320 hectáreas cultivadas. Para el 2020, el Gobierno de Miranda lanzó el Programa ‘Ruta del Café Mirandino’, dirigido a fomentar la producción caficultora en la entidad, entendiendo que Miranda tiene un antecedente histórico en la producción de este rubro. Iniciando esta primera etapa, con el apoyo de un equipo técnico por parte de CORDAMI, luego para el año 2021 se continuo con la segunda etapa y se realiza la primer corte del Diplomado maestro Cafetaleros, con el apoyo de la Universidad Experimental Simón Rodríguez, donde impartió conocimientos sobre el tema del café, con el soporte de profesores calificados en cada tema del pensum de estudio, para que, de esta manera los participantes en dicho diplomado obtengan los conocimientos y reforzar las técnicas y prácticas adecuadas al rubro, en la actualidad se han ejecutado III cohortes de Maestros Cafetaleros teniendo así más de 140 productores graduados, con personal profesional y especialistas de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Instituto Nacional de Salud Agrícola (INSAI), Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), Compañía Nacional de Reforestación (CONARE), Corporación de Desarrollo Agrícola del Estado Miranda (CORDAMI), Corporación Venezolana del Café (CVC). La caficultura también se viene impulsando a través de la producción masiva de plantas “Viveros” promoviendo los materiales genéticos nacionales tolerantes y productivos como por ejemplo INIA 01, Araguaney, Monte Claro, Catimores, Sarchimores y Villa Nueva, los cuales desarrollamos cada año junto a los productores de manera directa, teniendo la asesoría profesional y técnica oportuna en lo teórico–científico-práctico en cada etapa, el objetivo fundamental es obtener las mejores plantas en términos fitosanitarios y desarrollo vegetativo, dándole las mejores condiciones, manejo agronómico, cultural y nutrición para con el propósito de refundar esas superficies que la historia nos relata. En aras del desarrollo de nuestra caficultura sostenible y sustentable, porque el café es conservacionista y estratégico para la protección de nuestros recursos naturales hidrográficos se resalta la labor de los extensionistas que continuamente frecuentan las unidades de producción, teniendo en este 2024 unas 1.267 hectáreas cultivadas, distribuidas en 137 caficultores en los diferentes ejes de Miranda en los cuales se inspeccionan 8 municipios, 15 parroquias y 67 sectores, fomentando las buenas prácticas agrícolas y realizando los manejos integrados de insectos plaga como por ejemplo la broca ( Hypothenemus hampei)(Ferrari) y enfermedades como la roya del cafeto causada por un hongo (Hemileia Vastatrix) y el control integrado de arvenses, orientado siempre a la aplicación de bio insumos orgánicos
Manejo Post cosecha del café
Algunas consideraciones que se deben tomar en cuenta para asegurar la conservación de la mejor calidad de la fruta cosechada Para obtener un café de cualidades sobresalientes, la recolección debe realizarse de manera selectiva. Solo así se logra un café verdaderamente homogéneo y de una madurez óptima que asegure que se puedan conservar las mejores características del tipo de café y de la zona de cultivo. En cada finca deben planificarse los pases de recolección tomando en cuenta los registros de floración y las condiciones presentes durante la etapa de cosecha para obtener la mayor proporción posible de frutos maduros en el café recolectado. Se debe disponer de la cantidad de recolectores que permita tener certeza de recolectar el fruto en el punto óptimo de madurez (frutos de color rojo brillante uniforme), los frutos inmaduros (verdes y pintones) tienen un peso menor y deterioran el sabor de la bebida. Asimismo, los frutos recolectados en forma tardía (sobremaduros y secos) van a afectar la calidad física y de taza del producto. El café cosechado debe ser colocado en sacos o recipientes limpios libres de malos olores u otros contaminantes, proteger de daños físicos y altas temperaturas. no depositar directamente en el suelo y entregarse pronto al beneficio de tal forma que no se sobrefermente, humedezca o contamine. Los recolectores deben (clasificar) escoger el café cosechado al final del día y sacar los granos verdes, hojas, pedazos de palos, terrones o cualquier otra materia extraña. Verificar durante el desarrollo diario de las actividades de recolección que no se cosechen frutos inmaduros (verdes y pintones). Los frutos verdes recolectados deben separarse previo a la entrega del café. Para los frutos o granos recogidos del suelo debe implementarse un sistema para su manejo en la finca de tal forma que no se junten con el café obtenido de la planta, sino que se coloquen por separado utilizando bolsas o cualquier recipiente para que luego puedan ser descartados apropiadamente y así evitar que prolifere la broca o los contaminantes. Entregar el café recolectado el mismo día para que se pueda iniciar el proceso de beneficiado preferiblemente de inmediato para evitar la pérdida de peso y la fermentación. Se debe asegurar que el medio utilizado para el transporte de la fruta hasta el beneficio esté limpio y libre de olores extraños y que solo transporte café para evitar contaminación de la masa de café. Beneficiado por la Vía Húmeda. El proceso de beneficiado húmedo es una modalidad que permite obtener “café lavado”. El café lavado es uno de los tipos más comunes y populares en la industria del café: produce una taza limpia que permite saborear todas las cualidades del origen y la variedad. Etapas Recibo del café cereza El café uva o cereza recibido debe ser inspeccionado y clasificado antes de iniciar el beneficiado. Es necesario adoptar un sistema de evaluación para determinar la calidad del café cereza al recibirlo, verificando principalmente el estado de madurez, el olor, la temperatura, ataques por insectos y si es un café fresco cosechado el mismo día. Se recomienda tomar muestras aleatorias del café cereza de la tolva o de los recipientes de recolección y contabilizar o pesar los frutos verdes, dañados por insectos, sobremaduros y secos. Despulpado El despulpado es el proceso mediante el cual se separa el grano de la pulpa basándose en la propiedad lubricante del mucílago, de ahí la importancia de despulpar cafés en plena maduración y no mezclarlos con los cafés verdes o sobremaduros que al pasarlos por una despulpadora se obtendrán granos sin pergamino, quebrados y/o mordidos. El café debe despulparse el mismo día de la cosecha, sin sobrepasar 8 horas después de la recolección. Desmucilaginado El desmucilaginado mecánico consiste en el desprendimiento del mucílago que cubre los granos de café mediante la remoción mecánica por friccionamiento del grano entre la superficie de un rotor y una lámina de perforaciones oblongas (rectangulares). El mucílago también se puede remover mediante fermentación natural en pilas y lavado posterior de la masa de café. La fermentación de los granos recién despulpados procede por un mecanismo complejo donde actúan sobre el mucílago las enzimas propias del grano y otras enzimas extracelulares producidas por los microorganismos presentes. Es importante determinar el punto exacto de fermentación de la masa de café, para iniciar su lavado, escurrido y secado inmediato. Secado Mediante el secado se hace la remoción de la humedad del producto hasta alcanzar un contenido de humedad en equilibrio con el aire atmosférico normal, o hasta un nivel de humedad adecuado para el almacenamiento, en el cual la disminución en la calidad del producto por causa del ataque de microorganismos u otros sea prácticamente despreciable. El secado se puede realizar de forma natural en patios o secaderos a pleno sol, en camas africanas, en túneles tipo invernadero o en forma mecánica con secadoras. Mediante este proceso el contenido de humedad de los granos de café se pasa desde un 55% hasta un 10.5 – 11.5% (punto de secado). El secado es la fase más crítica en el procesamiento de granos ya que tiene un profundo efecto en la calidad final del producto. Almacenamiento Concluido el proceso de secado se recomienda almacenar el café por un período de tres semanas, en condiciones de temperatura que oscilen entre 18 y 20°C, y humedad relativa entre 60 y 65%. Durante el período de almacenamiento debe evitarse que el café interactúe con las condiciones ambientales del exterior, por lo que la estructura para el almacenamiento debe garantizar cierre hermético, aislamiento térmico y cielo raso y se pueda alcanzar la misma humedad entre los granos de la masa del café, (humedad de equilibrio). Las estivas deben estar separadas por pasillos de un metro de ancho para libre circulación y nunca deben tocar directamente el piso, las paredes ni el techo del almacén. Para colocar las estibas se recomienda utilizar tarimas preferiblemente de madera. Beneficiado por vía seca En este proceso, la materia prima lo constituye el café
Principales enfermedades en el cultivo de café.
En los últimos años, la producción de cerezas (granos) de café se ha visto afectada negativamente por el cambio climático y baja fertilidad de suelos, dificultando grandemente el manejo de sus enfermedades. A esto se le puede sumar las malas prácticas agrícolas como el mal uso de pesticidas sintéticos, que resulta en una pérdida de sensibilidad de las moléculas usadas en el manejo de enfermedades fungosas. Así, debe considerarse la importancia de las enfermedades en el cultivo de café, ya que estos factores bióticos alteran su estado normal, e interrumpen y modifican sus procesos fisiológicos, ocasionándoles daños considerables. Entre las enfermedades que afectan los cafetales sea en un sistema a cielo abierto o bajo un sistema agroforestal, posiblemente las de etiología fúngica son las que más reducen la producción de granos. Entre estas enfermedades, las más importantes en Latinoamérica próximas a la línea ecuatorial, están: Roya (Hemileia vastatrix Berkeley & Broome), puede reducir en hasta un 90% el rendimiento de granos en un cafetal. Los síntomas comienzan en el haz de hojas con la presencia de pequeñas manchas de color amarillo pálido, que se expanden hasta los 2 cm de diámetro. Posteriormente, aparecen manchas polvorientas de color anaranjado en el envés de hojas denominadas pústulas, que son predecesoras de la diferenciación de las uredias supraestomatales, que se expanden hasta los 2 cm de diámetro. La lluvia también es un factor de dispersión del patógeno a nivel local, afectando favorablemente la intensidad de la enfermedad dentro del cafetal. El control genético a través del uso de genotipos resistentes es considerado como una de las mejores estrategias de manejo de la enfermedad a largo plazo. El uso de medidas culturales en un cafetal es una importante herramienta contra la roya del café. La poda de ramas excesivas, eliminación de brotes jóvenes, control de arvenses, manejo de la densidad poblacional y correcto plan de fertilización, son medidas importantes para reducir la intensidad de la Roya en un cafetal. Los antagonistas bacterianos B. subtilis y Pseudomonas fluorescens aislados de suelos de la rizosfera de plantas de café, usados de forma aislada (1 x 109 ufc ml-1) o consorciados (1 x 108 ufc ml-1), inhiben la germinación de uredosporas (> 60%) y reducen la incidencia de Roya (entre 26% y 43%) en condiciones de laboratorio y de campo, respectivamente. Mal de hilachas (Ceratobasidium noxium (Donk) Roberts). Afecta prácticamente todos los tejidos aéreos de las plantas de café, reduciendo considerablemente el rendimiento del cultivo. Los síntomas de Mal de hilachas en plantas de café arábico aparecen diez días después de la infección con Ceratobasidium noxium, observándose necrosis en el pecíolo y luego manchas necróticas en el lado inferior de la hoja junto al peciolo hasta transformarse en un tizón foliar. Las hojas necrosadas quedan suspendidas mediante un hilo, similar a hilos de una telaraña, formado por una masa o cordón de micelio del hongo. Una buena alternativa ante la falta de cultivares resistentes, es el uso de bio controladores. Lo poco que se conoce es el uso de hongos antagonistas como Gliocladium spp., Trichoderma spp. y Verticillium spp. Otra herramienta de manejo sería el uso de fungicidas. Cercosporiosis (Cercospora coffeicola (Cooke) J. A. Stev. & Wellman). Infecta el área foliar y los granos de plantas de café, reduciendo en hasta un 50% el rendimiento de granos. Los síntomas de Cercosporiosis en cafetos pueden ser variados, siendo las manchas con centro claro y borde amarillento denominadas como mancha de ojo marrón son las más comunes, mientras que las menos comunes son las manchas oscuras designadas como mancha negra. Los síntomas comienzan en el lado adaxial de la hoja, y con el aumento de la infección en estos tejidos las manchas aumentan de tamaño, presentando en el centro de la lesión una coloración blanquecina, borde marrón y halo amarillo, siendo consideradas en este punto como manchas maduras. Para el manejo de la enfermedad Cercosporiosis es cultural, entre estas el riego, y la fertilización orgánica e inorgánica. El riego es una práctica que modifica el microclima del cultivo, interfiere en la luminosidad, temperatura y humedad relativa del aire, y la intensidad de la enfermedad en cafetos. De hecho, plantas irrigadas presentan 30% menos de incidencia de Cercosporiosis que las no irrigadas. Por otro lado, una fertilización con dosis altas de N, K y P, reducen considerablemente la Cercosporiosis en hojas, y mantienen un mayor número de hojas y el balance nutricional en plantas de café. El uso de abonos verdes intercalados con plantas de café también reduce la incidencia y el número de lesiones de Cercosporiosis en hojas, y la incidencia de pudrición en frutos, ambas enfermedades causadas por C. coffeicola, siendo su eficiencia similar a la mostrada por la aplicación de urea. Otras prácticas culturales que podrían reducir considerablemente la enfermedad en cafetos comerciales i.e. seleccionar semillas de ata calidad, trasplantar las plántulas a poca profundidad, seleccionar densidades poblacionales razonables, eliminar arvenses, restos de cultivos y tejidos o plantas infectadas, y proporcionar entre 35% y 65% de sombra. Ojo de gallo (Mycena citricolor) El ojo de gallo es otra enfermedad significativa en los cultivos de café. Esta enfermedad produce manchas circulares de color marrón o gris en las hojas, que pueden llevar a la defoliación. El ojo de gallo afecta principalmente la capacidad de la planta para realizar la fotosíntesis eficientemente, lo que se traduce en una disminución del vigor de la planta y, consecuentemente, en una reducción del rendimiento y la calidad del café. El manejo de esta enfermedad incluye prácticas culturales y el uso de fungicidas. Antracnosis del café (Colletotrichum coffeanum) La antracnosis es una enfermedad que afecta las cerezas del café, causando la aparición de lesiones oscuras y hundidas en los frutos. Esta enfermedad puede provocar la caída prematura de las cerezas y una disminución significativa en la calidad del café. En casos severos la antracnosis puede reducir drásticamente el rendimiento del cultivo. El control de la antracnosis requiere un manejo integrado, incluyendo medidas sanitarias, uso de variedades resistentes
Plagas de importancia en el cultivo del café.
El café es uno de los cultivos más populares y valorados en todo el mundo. Sin embargo, esta planta se encuentra constantemente amenazada por diversas plagas que pueden afectar su producción y calidad. Por este motivo, es fundamental comprender y combatir estos problemas con el fin de garantizar la salud fitosanitaria de este preciado cultivo. Las plagas son organismos vivos que causan daño a las plantas de café. Estos insectos pueden ser una verdadera amenaza para los cafetales, ya que se alimentan de las hojas, tallos y frutos, debilitando la planta y reduciendo la producción. Broca del café La broca del café (Hypothenemus hampei) es un pequeño escarabajo que ataca principalmente los frutos del café. Se caracteriza por su cuerpo oscuro y su tamaño diminuto, generalmente no mayor a 3 mm. Durante su ciclo de vida, la broca del café se reproduce y se alimenta dentro del grano de café, lo cual ocasiona daños graves y disminuye su calidad. Para identificar la presencia de la broca del café, es importante observar los frutos de cerca y buscar pequeños orificios o perforaciones en la cáscara. El control de esta plaga se puede llevar a cabo mediante la poda de ramas afectadas, el uso de trampas con feromonas para capturar a los insectos adultos y la aplicación de productos químicos específicos. Cochinilla harinosa La cochinilla harinosa (Puto Barberi). Es otro de los principales problemas que afectan al café. Esta plaga se caracteriza por ser un insecto de cuerpo blando y cubierto por una sustancia cerosa blanca similar a la harina. Se alimenta de la savia de las plantas, provocando debilidad y deformaciones en las hojas y brotes. Para prevenir o eliminar la cochinilla harinosa, es recomendable tomar medidas como la poda de ramas infestadas, la limpieza regular de las hojas y la aplicación de insecticidas específicos. Además, algunos agricultores optan por utilizar insectos depredadores naturales, como las mariquitas, para controlar esta plaga de forma ecológica. Minador de la hoja del café (Leucoptera coffeella) El minador de la hoja del café es una plaga que afecta las hojas del cafeto, causando daños directos a través de la alimentación larval dentro del tejido foliar. Las larvas de este insecto crean galerías o minas en las hojas, lo que reduce la capacidad fotosintética de la planta y puede llevar a una defoliación prematura. El daño causado por los minadores puede debilitar significativamente las plantas de café, reduciendo su rendimiento y afectando la calidad del grano. El control de esta plaga puede ser complicado y a menudo requiere un enfoque integrado que incluya medidas culturales, biológicas y químicas. Escarabajo del café (Stephanoderes hampei) Aunque menos conocido que la broca del café, el escarabajo del café es otra plaga importante que ataca a los granos de café almacenados. Este insecto penetra los granos de café secos, alimentándose de su interior y reduciendo su calidad. El daño causado por este escarabajo no solo afecta el valor comercial del café, sino que también puede llevar a la pérdida total de lotes de café almacenados si no se maneja adecuadamente. El control de esta plaga es esencial para mantener la calidad del café durante el almacenamiento y transporte. Nematodos del café (Meloidogyne spp.) Los nematodos son parásitos del suelo que atacan las raíces de los cafetos, causando la formación de agallas o nódulos. Estos daños en las raíces limitan la capacidad de la planta para absorber agua y nutrientes, debilitando el cafeto y reduciendo su rendimiento. El daño causado por los nematodos puede ser particularmente grave en plantaciones jóvenes, donde puede llevar a la muerte de las plantas. El manejo de estos nematodos es un desafío y a menudo requiere una combinación de prácticas culturales, uso de variedades resistentes y, en algunos casos, aplicación de nematicidas.
Semillero y vivero de café
Etapa de semillero El semillero es el sitio donde se crean condiciones ideales para la germinación, la emergencia y el crecimiento de las plántulas de café. Este período dura entre 60 y 90 días. El sitio deberá contar con suficiente agua para el riego diario y ser de fácil acceso. Las camas de siembra deben construirse usando arena de río, colada y lavada. La arena favorece el desarrollo de las raíces y facilita el arranque para el posterior trasplante al vivero o criadero de café. El ancho sugerido es de 1.0 m, la altura de 0.20 m y el largo, lo que se estime necesario. Un metro de largo es suficiente para sembrar una libra de semilla y de ella se obtendrán unas 1000 chapolas seleccionadas. Cuando se hace más de una hilera, se deberá dejar una calle de 0.40 a 0.50 m para poder circular. Se debe construir una ramada de 2.5 m de alto para proporcionar un 50% de sombra. Desinfección Las semillas se colocan a chorro seguido, evitando que queden montadas una sobre otra. Para prevenir el ataque del “mal del talluelo”, causado por el hongo Rhizoctonia solani (agente causal del mal del talluelo posemergente), y el ataque de nematodos, es necesario desinfectar el sustrato, algo que puede lograrse de varias maneras: Desinfección por solarización; Consiste en tapar el sustrato con plástico y dejarlo a pleno sol por 8 horas para alcanzar los 70 °C y eliminar los patógenos presentes. Desinfección con agua hirviendo; Se aplica agua hirviendo a razón de 3 a 4 galones por metro cuadrado. Es aconsejable esperar cuatro días y después picar la arena para que escapen los gases que se producen con la descomposición de los organismos muertos. Luego se puede proceder con la siembra. Desinfección con agroquímicos; Se usan productos específicos para esta actividad, siguiendo las indicaciones del fabricante, a fin de no dañar el proceso de germinación después de haber sembrado las semillas. Siembra de la semilla y cuidados del semillero de café Antes de proceder con la siembra, se deben regar y nivelar las camas; el trazo de los surcos debe hacerse transversalmente. Los surcos deben tener una separación de 5 a 7 cm y una profundidad de 1.5 cm. Se apretará la semilla contra el fondo del surco y se cubrirá con arena tratada. Luego de la siembra, se cubrirán las camas de las eras con zacate picado, granza de arroz o sacos desechados pero lavados, para evitar que el agua de riego descubra la semilla. Uno de los cuidados principales del semillero es el riego diario. Habrá que supervisar constantemente el semillero para detectar problemas y poder tomar las medidas correctivas a tiempo. Cuando las plantas comienzan a emerger, aproximadamente 50 días después haber sido sembradas, se deberá retirar la cobertura. Hay que eliminar las plantas afectadas por el mal del talluelo. Si se presentan problemas de mancha Cercospora, causada por Cercospora coffeicola, se debe regular la sombra y, de ser necesario, hacer aplicaciones periódicas de caldo bordelés. Las plántulas estarán aptas para el trasplante entre 60 y 90 días después de haber sido sembradas. Se deben seleccionar únicamente la que presentan el mejor desarrollo, un buen sistema radicular y están libres de plagas y enfermedades. Principales cuidados El sustrato Entre los elementos clave para el éxito del vivero está el sustrato, el cual debe cumplir con cualidades como ser poroso, para permitir buena aireación; tener un adecuado contenido de materia orgánica; ser suelto y sin compactaciones internas; y tener una buena retención de humedad y nutrientes. Todo esto para favorecer el desarrollo de las raíces de las plantas. Se recomienda un sustrato con 40% de suelo franco (suelo “suelto”), 30% de materia orgánica o pulpa de café descompuesta y 20% de material orgánico grueso (hojarasca, mantillo de cafetal, cascarilla de café, madera de coco molida, otros). Se puede agregar a la mezcla 10% de material inerte, que por lo general es cascajo blanco (piedra pómez). La fertilización La calidad de la planta depende de la nutrición y el desarrollo de tejidos que se favorezcan durante la etapa de semillero y de vivero. Por tanto, se buscan fórmulas que aporten aminoácidos con elementos menores, principalmente zinc, boro, hierro y calcio. Las dosis varían de un producto a otro, por lo que es necesario leer la etiqueta antes de hacer la aplicación. La aplicación de fertilizantes foliares puede hacerse cada 30 días. No se debe abusar de ellos, ya que pueden causar un desbalance entre el área foliar y el sistema radicular. Cuando las plantas tienen un mayor volumen de hojas en relación con la cantidad de raíces, las plantas sufren de acame. El principal propósito de la etapa de vivero es el desarrollo radicular.
Condiciones edafoclimáticas para el cultivo del café.
El cultivo del café es una actividad agrícola que exige condiciones climáticas y edáficas específicas para alcanzar su máxima expresión en sabor y calidad. Las regiones tropicales a nivel mundial, que se encuentran entre los trópicos de Cáncer y Capricornio, ofrecen las condiciones ideales para este cultivo debido a sus temperaturas promedio de 18-24°C y precipitaciones anuales de 1,500 a 3,000 mm, bien distribuidas durante el año. Temperatura. En primer lugar, la temperatura es un factor crítico; las zonas donde se cultiva café requieren temperaturas promedio de entre 18-24°C durante el año. Temperaturas por encima de los 30°C o por debajo de los 13°C pueden ser perjudiciales para el cultivo, afectando tanto el desarrollo del arbusto como la formación y maduración del fruto. Precipitación. En segundo lugar, la precipitación es fundamental para el café. Se necesita un promedio anual de entre 1,500 a 3,000 mm de lluvia, siendo ideal que estas precipitaciones estén bien distribuidas a lo largo del año. Sin embargo, es vital que haya un período seco para facilitar la cosecha del café y prevenir enfermedades fúngicas. Las lluvias excesivas o prolongadas, especialmente en periodos de floración o formación del fruto, pueden perjudicar la producción y calidad del grano. El uso de agua contaminada o de baja calidad puede afectar negativamente el sabor y aroma del grano. Asimismo, el manejo sostenible del agua, a través de prácticas como la recolección de aguas lluvias y el reciclaje de agua en fincas, es una tendencia en crecimiento en la industria cafetalera, buscando garantizar la sostenibilidad del recurso y la producción en el largo plazo. Humedad. La humedad relativa es otro factor climático importante. Los cafetales prosperan en condiciones de alta humedad, idealmente entre el 60% y el 80%. Una humedad relativa constante contribuye al buen desarrollo del fruto y previene la aparición de plagas y enfermedades que podrían verse favorecidas en condiciones de humedad excesiva o deficiente. Suelo Suelos ideales para el cultivo de café son aquellos con buen drenaje, ya que el café es especialmente sensible al encharcamiento. Suelos con textura franco-arenosa o franco-arcillosa son los más adecuados, ya que permiten un drenaje óptimo y retienen la humedad necesaria para el desarrollo de la planta. Los suelos ricos en materia orgánica y con un buen contenido de minerales son ideales para el café. La materia orgánica mejora la estructura del suelo, su capacidad de retención de agua y proporciona nutrientes a medida que se descompone. Además, los suelos de origen volcánico, que son ricos en minerales, han demostrado ser particularmente beneficiosos para el cultivo del café, aportando características distintivas al sabor y aroma del grano. pH El pH del suelo juega un papel fundamental en la disponibilidad de nutrientes para el café. Los suelos con un pH ligeramente ácido, en el rango de 6.0-6.5, son los más adecuados para este cultivo. En estos niveles de pH, los nutrientes esenciales como el nitrógeno, el potasio y el fósforo, están más disponibles para ser absorbidos por las raíces de la planta.
El cultivo del café: Generalidades.
El café (Coffea spp.) originario de la provincia etíope de Kaffa, África, es uno de los productos más comercializados a nivel mundial con creciente importancia económica en los últimos 150 años, solo por detrás del petróleo. Aunque el género Coffea cuenta aproximadamente con 125 especies, solo C. arabica L., y C. canephora (Pierre A. Froehner) conocidos como café arábica y robusta, respectivamente, son las especies más representativas con aproximadamente el 99% de la producción mundial. El café es cultivado en más de 80 países, considerado un cultivo de importancia económica debido a los ingresos de su producción y la cantidad de personas que dependen de ella para su sustento diario, especialmente en regiones tropicales. Los registros de producción hasta el 2019 en toneladas métricas posicionan a Brasil como el mayor productor a nivel mundial con 3.370 t, seguido de Vietnam y Colombia con 1.606 y 738 t, respectivamente. Al momento de establecer una plantación de café se deben considerar las condiciones ambientales y las áreas donde se pondrá el nuevo cultivo. La altitud óptima para el cultivo del café es de 600 a 1400 m s. n. m. La temperatura recomendable es de 19 a 21 °C y la pluviometría anual, de 1500 a 2000 mm. La profundidad efectiva del suelo debe ser de 40 a 60 cm, la textura, franca, el drenaje, bueno, y el pH, de 5 a 6, preferiblemente. En zonas protegidas no podrán establecerse nuevas áreas de cultivo. También conviene tener un plan de trabajo donde se puedan definir los pasos a seguir y los tiempos, así como los insumos y la mano de obra que se van a necesitar. Las actividades a realizar serán las siguientes: Limpieza del terreno Al hacer las ‘limpias’ se recomienda evaluar los árboles presentes en el terreno, pues algunos, como las leguminosas, podrán proporcionar sombra a las plantas nuevas. Se debe tener cuidado con los árboles maderables, ya que algunos pueden estar en peligro de extinción o tener restricción de tala. Hay que sacar la leña de las parcelas para facilitar la movilización a la hora de realizar otras actividades; los trozos pequeños deben colocarse contra la pendiente, para evitar la erosión. También, estos trozos pueden utilizarse como estacas para fijar los distanciamientos entre una siembra y otra. De igual forma, hay que proteger las fuentes de agua o el recorrido de los ríos, dejando un trecho de entre 50 y 100 m, a partir de las márgenes, con cobertura boscosa. En caso de que el terreno sea un cafetal viejo, habrá que eliminar las plantas de raíz. Distanciamiento de siembra Cuanto mayor sea el número de plantas por área, mayor será la producción, pero esto no significa que una población densa sea la mejor alternativa para todos los caficultores. Algunos estudios han demostrado que es preferible dejar un distanciamiento menor entre surco y surco y uno mayor entre calle y calle para que entre más luz y haya una mejor aireación. De esta forma se contribuye a controlar el ataque de plagas y enfermedades. En general, la densidad de las plantas dependerá del distanciamiento de la siembra (que está relacionado con la variedad), del sistema de manejo de tejidos y de las condiciones del suelo, entre otras. Así, variedades de porte bajo, como Caturra y Catuaí, se pueden establecer a distancias de 2 m x 1 m, variedades de porte intermedio, como Cuscatleco, Lempira y Costa Rica 95, a distancias de 2.5 m x 1 m y variedades de porte alto, como Pacamara, a distancias de 2.5 m x 2 m. Es importante conocer la procedencia de las semillas para garantizar la calidad de la variedad que se va a establecer. La World Coffee Research elaboró un catálogo donde se pueden consultar las características de algunas variedades (WCR 2018). Actualmente, existen muchas variedades de café. Algunos caficultores tienen como objetivo sembrar variedades tolerantes a enfermedades como la roya, mientras que otros prefieren variedades reconocidas por su calidad, aunque tengan que invertir un poco más en el manejo de la enfermedad.
Programas Fitosanitarios en Venezuela
Programa para la prevención, contención y control de la plaga “moniliasis” causada por el hongo MONILIOPHTHORA RORERI. para la República Bolivariana de Venezuela Programa para detección, prevención, manejo y control de huanglongbing de los cítricos, causada por la bacteria CANDIDATUS lIBERIBACTER SPP. para la República Bolivariana de Venezuela Programa para la detección, prevención, manejo y control de la sarna verrugosa de la papa, causada por el hongo SYNCHYTRIUM ENDOBIOTICUM. para la República Bolivariana de Venezuela Programa para prevención, detección, manejo y control de la marchitez por fusarium de las musáceas, causada por el hongo RAZA 4 TROPICAL FUSARIUM OXYSPORUM F. SP. CUBENSE (foc r4t) para la República Bolivariana de Venezuela Plan de contingencia ante un brote de la raza 4 tropical FUSARIUM OXYSPORUM F. SP. CUBENSE (foc r4t) para la República Bolivariana de Venezuela
Requerimientos de suelo
Los cítricos presentan características mesofíticas, ya que crecen bien en un amplio rango condiciones edáficas y climáticas. El potencial de los cítricos para producir frutos es determinado genéticamente por la copa (parte superior de la planta), y por el genotipo del portainjerto, que provee la raíz a la planta injertada, también le confiere a la planta características para superar la juvenilidad de las plantas, modula el vigor del árbol, incrementa la eficiencia en el consumo de nutrimentos y mejora la calidad del fruto, e induce tolerancia/resistencia de los árboles a condiciones de estrés biótico y abiótico. En general, los suelos poco profundos, así como los suelos arcillosos con mal drenaje y alta compactación, impiden el crecimiento de las raíces y limitan el crecimiento y vigor de los árboles. Los suelos arenosos con baja capacidad de retención de agua así como los suelos muy ácidos (pH bajo) o alcalinos (pH alto) también impactan negativamente el vigor del árbol y rendimiento de frutos. Sin embargo, siempre que se proporcione riego y suministro de nutrientes adecuados, los cítricos demuestran una gran adaptabilidad a diferentes entornos y mantienen una alta productividad. Los programas de riego adecuados son particularmente importantes para suelos con baja capacidad de retención de agua. El pH determina el grado de adsorción de iones hidrógeno por las partículas del suelo e indica si un suelo es ácido o alcalino, e influye en la solubilidad, movilidad y disponibilidad de nutrientes inorgánicos presentes en el suelo (también incluye contaminantes como metales pesados y otros contaminantes) Cuando las condiciones de pH son extremas, al punto que limitan la absorción de macro y microelementos, se deben corregir mediante la aplicación de enmiendas químicas. Los detalles de manejo del pH requieren análisis de suelo y criterios cuantitativos para optimizar la magnitud de la enmienda y además considerar otras variables como la movilidad de las enmiendas y su efectividad en la zona de desarrollo radicular del cultivo. Actualmente, se encuentra en fase de planificación, la elaboración de ensayos de campo que evaluarán la idoneidad de diversos portainjertos, con variedades tradicionales de naranja. Se espera que estos ensayos arrojen datos de utilidad que permitan planificar y optimizar su uso en base a los resultados de adaptación a diversas condiciones edáficas y pisos altitudinales.
Condiciones edafoclimáticas para el cultivo: Altitud, clima, temperatura.
Los cítricos pueden crecer alrededor del mundo desde el ecuador hasta latitudes cerca de los 40° de latitud norte y sur. En esta amplia franja de distinguen dos zonas: a) la zona tropical, ubicada entre los 0° y 23,5° de latitud Norte y sur, y la zona subtropical, entre los 23,5° y 40° de latitud norte y sur. La zona tropical se caracteriza por presentar temperaturas uniformes durante todo el año, con poca oscilación térmica entre el día y la noche, especialmente en regiones de baja altitud sobre el nivel del mar, con temperaturas promedio entre 20 y 30°C. En estas condiciones, las naranjas y mandarinas producen frutos que se desarrollan y maduran más rápido, pero con menor calidad organoléptica que en la franja subtropical, porque la tasa de respiración es mayor, disminuyendo la fotosíntesis neta y en consecuencia, la concentración de azúcares. También afecta la calidad externa de la fruta al disminuir la conversión del color, un proceso natural que es controlado genéticamente, pero que es influenciado por las condiciones ambientales. En la zona tropical, se producen cítricos con buena calidad de fruta en regiones con altas temperaturas durante el día, y bajas temperaturas durante la noche. En el trópico también existen regiones con temperaturas promedio inferiores a 12,5 °C, que son limitantes para el crecimiento vegetativo del árbol. En Venezuela, se reúnen condiciones para la producción de naranjas y mandarinas de buena calidad de fruta, en los Valles Altos de los estados Carabobo y Yaracuy. En el estado Miranda, en Araira y su zona de influencia, dedicada exclusivamente al cultivo de mandarinas. Al Oriente del país en la zona de Caripe, estado Monagas; y al occidente del país en la zona de Curimagua, edo. Falcón, se producen variedades de naranjas dulces seleccionadas localmente y denominadas “criollas”. Todas estas zonas se ubican en altitudes similares, entre los 300 y 1200 msnm, con la mayor parte comprendidas entre los 600 y 900 msnm. También se producen naranjas y/o mandarinas en Táchira, Trujillo, Mérida, y Sucre. La fruta de mejor calidad se cosecha en la época comprendida entre noviembre y febrero cuando las temperaturas nocturnas son menores (invierno en el hemisferio norte), debido a una menor tasa de respiración nocturna. Todo esto por supuesto, en el entendido que las variables de manejo agronómico (riego y fertilización balanceada con nitrógeno, fósforo y potasio) satisfacen los requerimientos del cultivo. Por lo general, la realización oportuna de estas prácticas mejora la calidad del fruto antes de la cosecha y también en postcosecha. Por otra parte, los cítricos ácidos como las limas, los limones y los grapefruits, se pueden producir en la mayor parte del país, y se adaptan bien cuando se cultivan en zonas bajas, incluso por debajo de los 400 msnm. En algunas de estas zonas, también se producen en menor proporción, naranjas y mandarinas, aunque la calidad del fruto es inferior a la producida en las zonas elevadas de montañas. Como hemos visto, se conoce de manera relativa algunos factores ambientales que regulan el desarrollo de la planta y del fruto. En las regiones subtropicales, el principal factor que promueve los cambios fisiológicos en los cítricos, está asociado a los cambios de temperatura a lo largo de las estaciones del año. En los trópicos, el principal factor que condiciona estos cambios, es el régimen hídrico. En las condiciones de Venezuela donde se cultivan cítricos, tenemos que producir más información sobre las variables ecofisiológicas que inciden en la fenología y el desarrollo de frutas de calidad, sobre todo en las actuales circunstancias en las que se observan grandes variaciones en el clima a escala global, y las condiciones meteorológicas a escala más detallada. El surgimiento de una nueva citricultura como consecuencia de los daños causados por el HLB en el país, que incorpora nuevos portainjertos con tolerancia a la enfermedad, se beneficiará del valor agregado que aporten los estudios en ecofisiología en los agroecosistemas tradicionales considerando los nuevos portainjertos, para la aplicación de manejo agronómico con más impacto en la relación beneficio: costo, tanto para mitigar el impacto directo del HLB en rendimiento, como para mejorar la calidad de la cosecha.